20 abr 2007

Espacio Europeo de Educación Superior

No sé si muchos de los que leáis este blog sabréis la que se nos viene encima con este nuevo Espacio Europeo y los créditos ECTS.
Va a suponer un gran cambio en la concepción más básica de la educación y va a afectar seriamente a las titulaciones universitarias pues ahora solo va a haber estudiantes de grado, másteres y doctorados.
No dejéis pasar la ocasión de informaros sobre éste asunto. Os dejo un enlace muy interesante en el que hay amplia información sobre éste y otros muchos temas especialmente tratados para los estudiantes, es la web de la Federadión de Asociaciones de Estudiantes http://www.faest.org no dudéis en visitarla e informaros.

11 abr 2007

Memories

Las experiencias que vivimos en el colegio determinan en gran medida nuestra postura ante los estudios y cualquier otro aspecto vital. A principio de curso, mantuvimos un debate en clase, en el que compartimos con el resto de compañeros aquellos momentos, mejores y peores, que habíamos vivido durante nuestra etapa de escolarización. Revisando los trabajos que nos han ido sugiriendo, encontré las dos experiencias que elegí yo para compartir, y es ahora cuando lo haré con todo aquel que tenga la paciencia de leerlas.
Es de todos sabido que solo se aprende de la experiencia y que los errores o las vivencias ajenas no suelen servirnos de nada, pero siempre cabe aprender la teoría, aunque nunca la llevemos a la práctica.
EXPERIENCIA DESAGRADABLE
Después de exponer tantos compañeros sus experiencias en clase, se me vienen a la mente un sinnúmero de experiencias que no me resultaron demasiado agradables en su momento, pero si tengo que elegir, tal vez la más desagradable sea la siguiente:
Cursaba 7º de la antigua EGB. Acababa de cambiarme de colegio el curso pasado y en el cambio de clase no me había tocado con ninguno de los niños que ya conocía. Por aquel entonces era muy despistada y me entretenía con las moscas. En clase de ciencias sociales el profesor nos dejó tiempo de estudio. Yo me puse a mirar fijamente al esquema y decidí ponerme a recortar la hoja del cuaderno con cuidado, (era uno de esos cuadernos que vienen con el taladro preparado para cortar las hojas). Estaba yo muy entretenida en recortar punto a punto de la hoja, cuando una sombra se me queda delante. Miro hacia arriba y ahí está, Juan Ignacio, “el Corre”, nuestro profesor que llevaba un buen rato mirando mi operación. El profesor levanta mi cuaderno y girándolo hacia toda la clase dice:
- Mirad qué bien estudia Alejandra – con las mismas y acompañado de la carcajada general de toda la clase el profesor me devuelve el cuaderno y se sienta en su silla.
Puede que resultara una experiencia traumática en un primer momento, pero me ayudó a replantearme mi postura respecto a los estudios. Aquella iba a ser la primera y al última vez que un profesor me ridiculizaba por no estudiar. Actué en consecuencia y empecé a sacar buenas notas y a estudiar, lo que me consiguió una fama de empollona, y la consiguiente exclusión social, que me perseguiría los años siguientes, aunque no me arrepiento en absoluto.
EXPERIENCIA AGRADABLE
Así como en la mayor parte de mis compañeros, las experiencias más agradables eran las excursiones, en mi caso las experiencias agradables las vivía en la clase siempre que algún profesor me felicitaba, cosa que solía procurar que sucediera. Salía voluntaria a dar la lección, a presentar los deberes, procuraba estar atenta en clase. Recuerdo con especial cariño el día en que me libré de hacer un examen de historia. Había estado enferma y no pude ir, y la profesora que para el resto de mis compañeros era un “hueso”, me dijo que no tenía que hacer el examen, que mi nota en la evaluación sería notable, por los ejercicios presentados.

¿Qué hago yo aquí?

Siguiendo la recomendación inicial del profesor acerca de qué tipo de contenido añadir al blog, incluyo a continuación una reflexión que nos encomendó a principio de curso:

¿QUÉ HAGO YO AQUÍ?

Bajo este sugerente título pretendo recoger las motivaciones que me han llevado a estudiar Magisterio en la especialidad de Educación Primaria.

En primer y único lugar están las motivaciones personales, que me parecen las más importantes ya que si uno mismo no está convencido de querer hacer algo, no lo conseguirá, o al menos no de la manera gratificante que yo busco. Las motivaciones personales las he englobado en dos grandes grupos, las motivaciones personales vocacionales, y las motivaciones personales que voy a llamar ajenas, por no pertenecer a la faceta vocacional indispensable a la hora de estudiar una carrera, y entre las que destacan el apoyo incondicional de mi familia y amigos que me dan ánimos cuando tengo dudas y una “frustración” que tengo como estudiante, ya que mi primera carrera “Titulada en Guión por la Escuela de Cinematografía y Artes Visuales de Ponferrada” fue un camino de rosas, algo que pude sacar sin esfuerzo, y me siento vacía, necesitaba estudiar algo que me supusiera un esfuerzo intelectual.

Mi vocación. Desde pequeña me ha gustado tratar con niños pequeños. Se puede decir que “se me dan bien”. Ésta es una expresión muy socorrida cuando no sabes de dónde provienen tus habilidades a la hora de comunicarte con los niños. No sólo sé cómo ejercer de figura con autoridad, sino que también me consideran “una más” ya que no me importa involucrarme en sus juegos y fantasías, siempre y cuando establezcamos unas normas básicas como que a los 20 minutos de saltar, me canso, y voy a parar, etc.
Ya despuntaba mi vocación docente en los años en que yo cursaba primaria (por aquel entonces aun era la E.G.B.), los días de fiesta o no lectivos en el colegio al que yo asistía tenían un programa de “servicios mínimos” para los padres que no pudieran tener a los niños en casa; pues bien, con el permiso de la directora del centro, yo acudía a todos los días en que hubiera servicios mínimos porque a los “mayores” nos dejaban cuidar a los de infantil en la siesta, aquella sensación de responsabilidad me resultaba una inyección de autoestima que aun hoy en día me gusta recordar.
En los años posteriores, y como casi cualquier chica joven que empieza a querer ganarse la vida ejercí como canguro, o más bien como compañera de juegos de unos cuantos niños. No se puede comparar a una enseñanza escolar, pero se aprende mucho. De hecho, aprendí que las voces generan más llantos y más voces, y que la paciencia es una virtud que no solo no se debe perder, sino que se debe trabajar a diario para conservarla como un tesoro.
En la temida época de la pubertad, más concretamente en la “edad del pavo” mi vocación docente se vio eclipsada por una mucho más artística, que era mi vocación escritora/actriz. Cursé unos estudios que me llevaron 4 años de mi vida y que me aportaron una grata experiencia vital y una desastrosa experiencia laboral. Fue al regresar de Madrid, donde estuve trabajando, cuando descubrí lo que quería hacer en mi vida.
Mis años de teatro escolar, me sirvieron para entrar a formar parte del elenco de monitores de teatro en la Diputación Provincial de León, y fue ahí, durante esos 3 meses del año 2005 (y otros 3 en 2006 y espero que en 2007) cuando mi vocación me golpeó con toda la fuerza posible tanto psíquica como sentimentalmente. El trabajo con los niños me resultaba muy estresante, tuve problemas de tensión, los nervios llegaron a vencerme alguna que otra vez, pero, a pesar de todo eso, el resultado, el agradecimiento de los niños y el verles representando una obra y poniendo en práctica lo que yo les había enseñado, eso, repito, fue la mejor sensación que he tenido en mi vida. Gratificación personal, recompensa al esfuerzo (en unos casos no, pero no me importa), “subidón” de autoestima… todo esto me hizo replantearme seriamente mi futuro y decidí entrar a formar parte del pequeño grupo de personas que empiezan la universidad después de haber dado vueltas por la vida sin una dirección concreta. Y gracias a haber encontrado el camino, empiezo con más ganas de las que nunca he tenido por hacer nada.

Hay una pregunta que cabe en ésta reflexión y es ¿porqué educación primaria y no infantil u otras especialidades?. Puede tratarse de una elección egoísta, ya que, aun sabiendo que es la edad en la que más importancia tiene la enseñanza pues es donde se forjan los hábitos de estudio y sociales, y el carácter de los alumnos, a pesar de todo esto, me parece la edad en que los niños son más “cómodos” de tratar. Con “cómodos” me refiero a que es la edad en que están (desde mi particular punto de vista basada en mi experiencia) más abiertos a nuevas experiencias, es una edad en la que son conscientes de hacer alguna cosa mal o bien, y, para mí lo más importante es que en esa edad, los niños comprenden lo que les dices, te entienden y te escuchan (cuando quieren, pero lo hacen y aprenden de ello).
La educación infantil, educación especial, educación física, etc. son especialidades que no me llaman la atención tal vez porque están, precisamente demasiado especializadas. Los niños de infantil, me encantan, pero no sería capaz de enseñarles nada ya que, pese a tener una gran paciencia, supongo que al tercer lloro acabaría yo llorando con ellos, sería simplemente frustración, ya que no sería cosa del niño, ya que si llora es mi obligación que no lo haga. La educación especial, y aquí sí que es egoísmo puro, no podría realizarla porque me afecta mucho cualquier tema relacionado con discapacidades, incapacidades, etc.
No obstante, en los cursos posteriores, y dependiendo de cómo lleve el primer curso pretendo simultanear estudios y realizar otras especialidades, inglés la primera y es posible que audición y lenguaje la segunda.

Cabe esperar que una persona que como yo ha dicho estar tan segura de lo que desea hacer en ésta vida pudiera encontrar motivaciones suficientes para llenar mil páginas. Considero que lo que he dicho es lo esencial y es lo que más claro tengo. Podría tratar de llenar el resto del espacio con vagas referencias a lo que espero que me aporte la carrera o lo que haré en un futuro, pero lo más importante ya está dicho. Es una elección vocacional, muy reflexionada y que supone un nuevo comienzo en mi vida.

Juegos de concentración y agilidad mental

Ya tenemos a todos nuestros alumnos desfogados y cansaditos gracias a los juegos anteriores. Éstos juegos son muy útiles cuando tenemos cierto dominio sobre la clase y somos capaces de mantenerles con cierta atención. Hay que tener en cuenta que son juegos que he empleado en un taller de teatro, pero se pueden modificar de manera que se puedan usar en otros muchos contextos.

- “El espejo” – es posible que sea el juego más recurrente a la hora de trabajar la expresión corporal y la concentración. Colocados por parejas, los alumnos deberán actuar tomando los papeles de persona que se mira al espejo y reflejo en el espejo. De manera que el que interpreta a quien se está mirando en el espejo debe realizar una serie de movimientos que el que interpreta el reflejo debe seguir. Los movimientos deben ser lentos y fluidos para que el “reflejo” no tenga dificultades en seguirlos.

- “Cada persona una obra” – se colocan todos los alumnos en fila de a dos. La última pareja de la fila dice una palabra cualquiera y los primeros salen al escenario y deben hacer una improvisación en base a esa palabra. Cuando acaban se colocan al final de la fila y dicen otra palabra para que los que ahora están primeros salgan a escenificar.

- “El discurso interrumpido” – Un alumno comienza a contar algo, cualquier historia, anécdota, cuento o invención que se le ocurra. Por orden sus compañeros van diciendo palabras que el que está hablando debe introducir en el discurso. No se dirá otra palabra hasta que el alumno no haya introducido la anterior.

- “Sombreros para pensar” – Basado en una técnica de creatividad publicitaria creada por Edward de Bono “6 sombreros para pensar”. Adaptada a público infantil. Básicamente queda reducido a una serie de debates. Los alumnos salen por parejas y antes de conocer el tema deben elegir estar en contra o a favor. Una vez han elegido el monitor les dice el tema a discutir.
Los temas elegidos tenían algo de controvertido respecto a las edades de los chavales para hacer el juego más entretenido:
o ducharse todos los días
o lavarse las manos después de hacer pis
o comer con cubiertos
o comerse los mocos
o tirar la basura a la calle
Hay que recalcar que cuanto más escatológico era el tema más sorprendentes y ágiles eran las respuestas de los alumnos.

- “La frase incompleta” también conocido como “Hoy fui a comprar…”: Existen muchas variantes de éste juego. Sentados en círculo comienza uno de los niños diciendo “hoy fui a comprar… calcetines”; el jugador de su derecha continúa; “hoy fui a comprar calcetines y además… un jersey”; y así van añadiendo uno a uno cada vez más objetos. El que se equivoca queda eliminado. Como comentaba hay muchas variantes como comenzar una frase y que cada uno añada una palabra, es decir que uno comience diciendo “la granja…” y el siguiente añada “la granja es verde…” y el siguiente debería continuar “la granja es verde… y grande”.

- “Simón dice”: Colocados en fila, de pie, de cara al monitor. Éste irá dando órdenes sencillas que los niños deberán cumplir. PERO… solo deberán cumplir la orden si antes de una orden como “levantar una mano” dice “SIMÓN DICE que levantéis una mano” en caso de no decir “simón dice” antes de la orden los niños NO deberán obedecer.

- “Cómo vestimos”: colocados en círculo deben fijarse atentamente durante unos minutos en cómo van vestidos sus compañeros. Al cabo de unos minutos el monitor sacará a uno de los alumnos y le preguntará por ejemplo ¿Cuántos de tus compañeros llevan vaqueros?, ¿Cuántos llevan gafas? ¿de qué color es el jersey de Juanita?. . .

- “Juego del revés”: Mientras los niños caminan por la clase el monitor da órdenes sencillas. Los niños deben hacer todo lo contrario a lo que diga el monitor.
Las órdenes serán así: caminar rápido (caminan lento); caminar arrastrando los pies (caminan levantando mucho los pies del suelo); llorar (reír); reír a carcajadas (llorar mucho); caminar como un gigante (caminar como un enanito); caminar estirados o derechos (caminar retorcidos)..

- “El codi-secret”: Los alumnos se dividen en grupos de 4 o 5. En cada uno de los grupos se designa un “buscador” que, con los ojos cerrados deberá encontrar un premio. Para llegar hasta el premio sus compañeros le deben ir indicando el camino a través de un laberinto colocado por el monitor, pero no podrán indicarle diciendo adelante, atrás, párate. Tienen que inventar un código como por ejemplo: adelante = coche; atrás = camión; izquierda = bicicleta; derecha = moto; parar = accidente. Recorrerán el laberinto grupo por grupo. Dependiendo del tiempo que empleen para aprenderse el código lo harán uno o varios alumnos.

- “¿Dónde estamos?”: el monitor irá nombrando diferentes lugares en los que los alumnos se encuentran. Deben convertirse en elementos de ese espacio. Así si el monitor dice “carretera”, los alumnos deben transformarse en coches, el asfalto, un semáforo, una señal…
La agilidad mental viene dada porque el monitor irá preguntando uno a uno qué son, y ninguno podrá repetir lo que dijeran anteriormente, teniendo que transformarse de inmediato en otra cosa.
Los lugares posibles: carretera, cocina, gimnasio, nevera, parque, un cuento de hadas, un circo, la playa, una granja, el colegio…

- “Suena bien” – uno a uno los alumnos deberán realizar una serie rítmica con palmadas, patadas pisotones etc, e incluso con algún sonido y sus compañeros deben repetirla.

- “Hipnosis” – Es un juego estupendo. Muy sencillo y a la vez tremendamente complicado ya que no creo haber llegado hasta el final en ningún grupo. Consiste en que, los alumnos se colocan por parejas y deben aguantar durante 30 segundos mirándose fijamente a los ojos. En el momento en que una sola persona se ría el cronómetro volverá a cero.


Espero que os haya servido de ayuda.